La planta de energía solar Ticino Solare opera en el techo de un edificio de escuela técnica cerca de Lugano. El 13 de mayo de 1982, la planta orientada al sur suministró electricidad a la red por primera vez. La potencia instalada es de diez kilovatios, lo que era una cantidad extraordinaria en ese momento.
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El estado, el color y el rendimiento de las células solares se comprobaron y midieron periódicamente. Un examen después de 35 años de operación concluyó que las celdas mostraban desgaste. Esto incluía corrosión, puntos calientes, así como grietas en las celdas o defectos en los cables de conexión. Pero la mayoría de los módulos aún funcionaron bien y aún entregaron al menos el 80 por ciento de la producción total, confirma Mauro Caccivio, quien dirige el laboratorio fotovoltaico en la Universidad Supsi de Ciencias Aplicadas en Ticino.
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La electricidad no era barata: "El precio por vatio de los módulos Tiso era 100 veces superior al actual, y las células solares se fabricaban con residuos de silicio de la industria electrónica. El Tour de Sol, la primera carrera con vehículos alimentados por energía solar, dio un impulso a la fotovoltaica en Suiza", cuenta Caccivio en una entrevista con la revista suiza Energeia. Según fabricantes como la empresa suiza Megasol, la vida útil esperada de las plantas solares es de 50 años o más. Mientras tanto, Ticino Solare sigue dando poder y poder y poder. (nhp/mfo)